martes, 17 de noviembre de 2009

Tecnología Informática y Comunicación

Actualmente estamos viviendo una época de cambios profundos. Esto se debe en gran parte al desarrollo tecnológico acelerado de nuestros días y al impacto que esto tiene sobre las dinámicas y relaciones sociales. Incluso algunos autores afirman que estamos en plena revolución tecnológica. Sin embargo, son muchos los interrogantes que este hecho plantea, sobre todo en lo que respecta con las transformaciones psíquicas y sociales que generan las nuevas tecnologías.

El Internet y las tecnologías digitales están creando un ambiente cultural completamente nuevo. Partimos de la idea de Mcluhan de que la introducción de un nuevo medio moldea la sensibilidad y el pensamiento de los seres humanos (Mcluhan 1964). En este sentido, la forma de trasmisión de información que se genera en la sociedad cuando la oralidad es el principal medio de comunicación es radicalmente distinta cuando este fenómeno se produce en redes de comunicación digital. Es así como en una sociedad que guía el comportamiento a través de la escritura y el libro se genera esquemas de pensamiento lineales. Pero actualmente estos esquemas de pensamiento lineal están punto de romperse: la fragmentación, la multiplicidad, la diferencia y la hibridación se erigen como modelos de comprensión y dominio de la realidad.

Esto se puede explicar por el hecho, entre otros, de que la tecnología de las computadoras permite la convergencia de los distintos medios que fusionada con las telecomunicaciones aumenta gigantescamente la producción y circulación de la información. El internet se erige como una gran red de intercambio, con la habilidad para recuperar y almacenar informaciones, voviendolas disponibles de distintas formas y en cualquier lugar. (Santaella 2003). Por lo tanto las nuevas generaciones navegan en ambientes mediáticos de circulación cultural que permite múltiples entradas y salidas, y por ende de posibilidades. Lo cual amplia el margen de complejidad relacional necesario para guiarse en dicho ambiente. Dicho de otro modo, esta complejidad creciente de nuestro mundo comunicativo requiere una estructura de pensamiento distinto para acceder a él, ya que nos inserta en una búsqueda dispersa, no lineal, de acercarnos a la información y por ende de comprender el mundo.

Mcluhan ya nos había hecho caer en cuenta de que el descubrimiento de la electricidad y su posterior diversificación a través de la red eléctrica, implican una transformación en la estructura social y en la forma en que nos relacionamos con los otros. La radio y más adelante la televisión radicalizó aun más esta tendencia. Para McLuhan en la era eléctrica se materializaba una proyección del sistema nervioso humano, lo que significa además una integración de los sentidos, antes fragmentados por la tecnología del libro (donde el ojo aparece con una importancia central al ser el libro una proyección de este).

Con la velocidad de la era eléctrica la acción y la reacción se producen casi simultáneamente, con lo cual las fronteras del espacio y tiempo que antes conocíamos se van disolviendo para sumergirnos en una conciencia diferente de estas dos categorías.

Tras tres mil años de explosión especialista y de creciente especialización y alienación en las extensiones tecnológicas del cuerpo, nuestro mundo, en un drástico cambio de sentido, se ha vuelto agente de compresión. Eléctricamente contraído, el globo no es más que una aldea. La velocidad eléctrica con que se juntan todas las funciones sociales y políticas en una implosión repentina ha elevado la conciencia humana de la responsabilidad en un grado intenso. (Mcluhan 1964)

Mcluhan no vivió lo suficiente para poder ver como la Internet ha transformado radicalmente la estructura de la comunicación de la gente que se relaciona con la tecnología informática. Sin embargo pudo prever, en cierta manera, hacia donde apuntaban estas transformaciones tal como un visionario de la nueva era digital. Al hablar de aldea global, ciertamente un término muy usado en nuestros días, no hacia más que señalar el hecho de que con los nuevos medios volvemos a una especie de trivialización, una nueva magia donde vivimos en un mundo simultaneo donde la información proviene de distintos lugares y de forma acelerada:

No estamos ya más sometidos a una cultura –a una proporción única de nuestros sentidos- que lo estamos a un solo libro, a un lenguaje, a una tecnología-(Mcluhan 1964).

El espacio humano se unifica, y el internet afianza más este hecho al hacer de la simultaneidad y la disponibilidad dos rasgos distintivos de la estructura comunicativa actual.

Los años 60, periodo en el que Mcluhan publico sus obras más influyentes, fue una época de gran importancia en términos de informática y telecomunicaciones. La sintetización de la información y la subsiguiente representación en imágenes, la masificación de la televisión, la puesta en orbita de un gran numero de satélites y el surgimiento del proyecto ARPANET (que mas tarde se convertiría en el internet) son algunos de los hecho tecnológicos sucedidos en esta época. Estaba en pleno auge una cultura de los medios iniciada desde la invención del telégrafo, que en definitiva dispuso el desarrollo de la comunicación en el circuito eléctrico. Después de los sesenta comienza una creciente convivencia de los medios y el lenguaje, produciéndose una audiencia más individualizada y preparada para buscar el mensaje en diferentes medios de forma mas activa. Esta cultura de los medios, afirma Santaella, es una especie de transición entre la cultura de masas, caracterizada por la homogenización de la audiencia, y la cultura digital donde la búsqueda dispersa y la convergencia de los medios son las señas características. Castells plantea la situación de la cultura de los medios de esta manera:

En resumen, el nuevo medio determina una audiencia segmentada, diferenciada que, a pesar de ser solida en términos de números, ya no es una audiencia masiva en términos de simultaneidad y uniformidad del mensaje recibido. El nuevo medio no es un medio masivo en el sentido tradicional del envío de un número ilimitado de mensajes a una audiencia homogénea y masiva. Debido a la multiplicación de mensajes, la propia audiencia se vuelva más selectiva. La audiencia apuntada tiende a escoger sus mensajes, profundizando así su segmentación, intensificando la relación individual entre emisor y receptor. (1985)

Pero la convergencia de los medios también significa que estamos asistiendo a la era del paradigma informático, donde la producción cultural esta monopolizada por los computadores. Aun más, los diferentes sectores de la sociedad están entrando en un proceso de digitalización de los procesos, lo cual los hace más dependientes de la informática y las redes de comunicación.

La cibernética es la alquimia de nuestro tiempo y la computadora su disolvente universal. Por medio de este, los distintos medios y sectores se disuelven en un flujo latente de bits y bytes (Santaella, 2003)

La producción audiovisual antes dispersa en distintos medios ahora se produce en un solo aparato y depende de él. Además, la ciencia, la política, la economía y el entrenamiento entran conformar sus procesos a partir del paradigma informático. La computadora se erige entonces, como afirma Santaella, en el medio de los medios semióticos.

En la nueva era digital el hipertexto se ha convertido en un rasgo característico de la forma en que se estructura la información y accedemos ella. Entiendo este como un texto de múltiples entradas y salidas, en oposición a la estructura lineal de los libros convencionales. El hipertexto es un modelo que casa perfectamente en una cultura que busca la información en la multiplicidad, la dispersión y la fragmentación, idea a la que anteriormente nos hemos referido. Sin embargo este lenguaje a modo de mosaico que implica el hipertexto ya había sido explorado por algunos autores. Mcluhan decía a propósito de su libro La novia mecánica que podía ser leído sin seguir el orden planteado en el índice. Esto supone un estilo elíptico que esta en concordancia con los medios emergentes en los años 60 y los nuevos esquemas conceptuales. Gordon y Willmarth afirman que:

Puesto que transmitía sus mensajes a través de un medio desactualizado por la era electrónica (la página impresa), McLuhan adoptó un estilo que él llamaba ‘escritura mosaico’, que pretendía imitar la frialdad desconectada y de baja definición de la televisión. (Gordon y Willmarth ,1997)

Este estilo se mantuvo para sus publicaciones más conocidas y significan la conciencia de las grandes transformaciones en la estructura de nuestro pensamiento y por ende de las relaciones sociales y comunicativas.

El libro ha dejado de ser el medio dominante y es reemplazado por la computadora. Esto no significa que los libros dejen de existir. Si bien la sociedad occidental tomó su identidad a partir del medio que representa el libro, y a través del libro el hombre occidental se hace una imagen del mundo, esta cultura ha llegado a su fin y hoy se organiza a partir de la computadora. El hipermedio y el hipertexto reemplaza el libro. La tendencia de organización de nuestro saber acerca del mundo mediado por las computadoras crece inmensurablemente. El libro ha llegado a los límites de su capacidad representativa ya que la linealidad del libro ya no esta en condiciones de representar la complejidad de nuestro mundo. (Norbert Bolz, 2007)

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